Cuando la guerra me quitó un amigo
- Recopilado
- 10 mar 2018
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LAS GUERRILLAS, EL PEOR VIRUS DE COLOMBIA.
Y LA GUERRA, LA CURA MAS DOLOROSA.
Recuerdo aquel día… domingo por la mañana salí de pesca con uno de mis amigos de infancia, en realidad, sólo amigos, pues aún éramos niños.
Nos disponíamos a lanzar la primera red, cuando un ruido ensordecedor nos dejó aturdidos por unos segundos, luego de reaccionar al estruendoso ruido, nos percatamos de que seguían las detonaciones, eran disparos de parte y parte. En realidad me sentía muy asustado y creo que mi amigo estaba igual, pues nos encontrábamos entre el fuego cruzado, y una cosa era clara, era un enfrentamiento entre la guerrilla de las FARC y el ejército, pues desde anteriores días se rumoraba la presencia de tropas de ambos (bandos) por la zona, se preguntarán por qué a los dos los llamo bandos, pues en la situación en la que estábamos, no se podía arriesgar a resguardarse en alguno de los dos, si corríamos hacía donde estaba en ejército, podríamos morir acribillados y luego ser presentados como guerrilleros, y la guerrilla nos asesinaría confundiéndonos con infiltrados del gobierno, no se podía confiar en nadie.
Al final buscamos la mejor salida, correr entre el fuego cruzado y prácticamente esquivar las balas que se disparaban de todos lados, nadamos una buena parte para poder atravesar el río en donde nos encontrábamos y seguíamos corriendo en medio de la espesa vegetación que caracteriza el sur de Colombia, cuando llegamos a zona segura, nos detuvimos a descansar un poco, entonces veo como mi amigo se desploma sobre el piso, corro hacía él para averiguar qué pasa, y esta cubierto de sangre por casi todo el cuerpo, desesperado intento levantarlo en mis hombros, pero me es imposible, pues era mucho más grande y pesado. En uno de los tantos ntentos fallidos por ayudarlo, me doy cuenta que ya no se mueve y que dejó de respirar.
Murió por una bala enemiga, sólo que impacto en la persona equivocada. Pues cualquier arma disparada, bien sea para proteger al inocente o para atacar al culpable, terminara en un solo resultado, MUERTE.
Esta pérdida, sólo era una más de las muchas por las que había tenido que pasar, amigos que partieron a las filas de la guerrilla, otros al ejército (de muchos nunca supe que pasó) y otros, muertos a manos de alguno de los dos.
Hoy gracias a las oportunidades de la vida, o mejor gracias a las oportunidades que yo mismo busqué y al final creo que fue Dios quien me las presentó, me encuentro en una de las grandes ciudades del país, con un empleo y un sueldo digno, pero sigo recordando aquellos momentos de terror que tuve que pasar, y pienso en las personas que aún siguen allá y que tal vez siguen expuestas a vivir lo que yo, a esos niños del campo, muchos de ellos con grandes sueños y talentos pero pocas oportunidades, una de ellas empuñar las armas y en la mayoría de las ocasiones obligado.
Esta es solo una de las muchas historias que podría contar, tal vez hay historias peores que la mía, pero está fue la que marcó mi vida y por eso tengo que contarla.
Sólo sueño con que algún día la guerra absurda que se vive en Colombia termine y podamos vivir en paz, para que así se puedan contar historias, pero con un diferente guion.
Anónimo..
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